En química, una base débil es una sustancia que tiene una capacidad limitada para aceptar protones (iones H+) en una reacción ácido-base. A diferencia de las bases fuertes, que tienen una alta tendencia a aceptar protones y se disocian completamente en solución acuosa, las bases débiles solo aceptan protones en una medida limitada y se disocian parcialmente en solución.
Las bases débiles tienen una constante de disociación ácida (Ka) relativamente pequeña, lo que indica que su reacción de disociación es incompleta y alcanzan un equilibrio entre la forma ionizada y no ionizada en solución. Esto significa que solo una fracción de las moléculas de la base débil se convierte en su forma ionizada (con carga negativa) y acepta protones.
Algunos ejemplos de bases débiles son el amoníaco (NH3) y las aminas como la metilamina (CH3NH2). Estas bases tienen una capacidad moderada para aceptar protones, pero no lo hacen de manera tan eficiente como las bases fuertes, como el hidróxido de sodio (NaOH) o el hidróxido de potasio (KOH).
En una solución de una base débil, habrá una proporción de moléculas de base no ionizada y una proporción menor de iones hidróxido (OH-) formados a partir de la disociación parcial. La concentración de iones hidróxido dependerá del equilibrio entre la forma no ionizada y la forma ionizada de la base débil.
Las bases débiles son importantes en numerosos procesos químicos y biológicos, y su comportamiento en solución acuosa se describe mediante ecuaciones y constantes de equilibrio que representan su disociación parcial.